En un desafío al modelo tradicional de producción alimentaria, los agricultores ecuatorianos han dado inicio a una iniciativa pionera que promueve un nuevo enfoque: la agricultura biogénica. Este proyecto demuestra que es posible producir alimentos de calidad, respetando el medio ambiente y contribuyendo al desarrollo de las comunidades.
El arroz biogénico, cuya historia comienza en Macará, un cantón fronterizo de la provincia de Loja, destaca por su sabor y calidad reconocidos en el mundo culinario. Gracias a las condiciones climáticas tropicales de la región, el terreno es propicio para el cultivo de arroz, maíz, camote, algodón y frutas.
En este contexto, los agricultores se han unido para enfrentar un reto que, después de 23 años de investigación, se ha convertido en realidad: la producción de arroz biogénico. «Biogénico significa que genera vida», explica Mariano Montaño, investigador del proyecto. Ecuador se encuentra entre los primeros países en adoptar la agricultura biogénica, que representa salud y prosperidad.
El arroz biogénico se cultiva utilizando una técnica que aprovecha «la azolla», un tipo de alga o helecho acuático que tiene la capacidad de captar nitrógeno del aire en grandes cantidades y convertirse en un fertilizante natural. Este helecho acuático enriquece el arroz con nitrógeno, eliminando la necesidad de utilizar productos químicos como la urea y haciéndolo más saludable para los consumidores.
Además de sus beneficios para la salud, el cultivo de arroz biogénico permite una cosecha más rápida, reduciendo los costos de producción. El grano de arroz biogénico es más largo y transparente que el cultivado de manera tradicional, lo cual se puede apreciar incluso en su cáscara.
Actualmente, se han producido 424 quintales de arroz biogénico en Macará, disponibles para todo el país. El costo de adquirir este arroz es de USD 17 por arroba o USD 10 por quintal.
Ecuador ya cuenta con otros productos biogénicos, como cacao, maíz, panela, queso y huevos, que forman parte de las iniciativas sostenibles en la agricultura.
La producción de arroz biogénico en Macará, que alcanza hasta 160 sacos por hectárea durante las tres cosechas anuales, involucra a diversos actores de la cadena productiva, desde los agricultores hasta las autoridades y las instituciones académicas.
Para los emprendedores detrás de esta iniciativa, la producción de arroz biogénico no solo se trata de beneficiar la salud de los consumidores y los agricultores, sino también de establecer una cadena de valor que incluye el turismo. El Municipio de Macará ha desarrollado una «ordenanza biogénica» para apoyar este tipo de emprendimientos, promoviendo así el crecimiento económico a través del turismo.
El arroz biogénico es el primer paso en una ruta hacia un futuro sostenible y prometedor para Macará y sus habitantes, quienes sueñan con una nueva forma de cultivar arroz y transformar la economía local.