Spondylus Digital

spondylus-logoblanco

Noticias

bm vivienda ecuador

En un hito sin precedentes, el Banco Mundial dio luz verde a un proyecto de US$ 100 millones para transformar la vivienda y la infraestructura urbana en Ecuador. Este ambicioso plan tiene como objetivo brindar viviendas asequibles y resilientes a las familias de bajos ingresos, mejorar la infraestructura y los servicios urbanos, y fortalecer la capacidad del gobierno para abordar los desafíos del desarrollo urbano inclusivo.

Este proyecto no solo atenderá el déficit cuantitativo de viviendas, sino también el cualitativo y la mejora integral de barrios. Se estima que el proyecto beneficiará a aproximadamente 20 mil familias; además, priorizará a las familias lideradas por mujeres y a las personas con discapacidad severa y muy severa en la búsqueda de vivienda formal y la revitalización de comunidades.

La ministra de Vivienda de Ecuador, Gabriela Aguilera, expresó su entusiasmo por este nuevo enfoque: «Por primera vez en el Ecuador, el Banco Mundial junto con el MIDUVI han diseñado una operación que va más allá de la cantidad, reconociendo la importancia del espacio público y el desarrollo urbano sostenible».

El proyecto también abordará la vulnerabilidad ante desastres naturales, promoviendo materiales de bajo carbono y tecnologías energéticamente eficientes. Además, fomentará una planificación inclusiva en colaboración con las comunidades locales.

El director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, Issam Abousleiman, destacó la importancia de este proyecto: «Una vivienda digna es un derecho. La inversión en vivienda y desarrollo urbano son fundamentales para ciudades más inclusivas y resilientes. Respaldamos al Ecuador en la reducción de las brechas de inequidad y la promoción del acceso a viviendas de calidad».

Este proyecto innovador también incluye un componente de respuesta ante emergencias, lo que permitirá una rápida asignación de fondos en caso de desastres naturales.

El préstamo, con un plazo de 16 años y seis meses, incluyendo un período de gracia de seis años, marca un paso importante hacia un Ecuador más inclusivo, sostenible y resistente.