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Desperdiciamos comida. Los hogares en todos los rincones del mundo derrocharon el equivalente a más de mil millones de comidas diarias durante el año 2022, mientras que 783 millones de personas sufrían de hambre y una de cada tres personas enfrentaba inseguridad alimentaria. 

El desperdicio de alimentos sigue siendo un problema grave que afecta la economía global y agrava el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Estas son las conclusiones principales de un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicado con motivo del Día Internacional de Cero Desechos.

El Informe sobre el Índice de Desperdicio de Alimentos 2024 del PNUMA, elaborado por WRAP, ofrece la estimación mundial más precisa del desperdicio de alimentos por parte de minoristas y consumidores. Proporciona orientación a los países para mejorar la recopilación de datos y sugiere las mejores prácticas para pasar de medir el desperdicio de alimentos a reducirlo.

En el año 2022, se produjeron 1.050 millones de toneladas de desperdicio alimentario, lo que equivale a 132 kilogramos por persona y cerca de una quinta parte de todos los alimentos disponibles para el consumo humano. Del total de alimentos desperdiciados, el 60% provino de los hogares, mientras que el 28% fue generado por proveedores de servicios alimentarios y el 12% por comercios minoristas.

«Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, expresó que el desperdicio de alimentos es una tragedia mundial, con millones de personas padeciendo hambre debido al desperdicio de alimentos en todo el mundo. Además, señaló que no es solo un problema de desarrollo, sino que también tiene graves repercusiones ambientales y económicas», según el informe.

Aunque desde 2021 se ha fortalecido la infraestructura de datos sobre el desperdicio de alimentos, con un aumento significativo en el seguimiento a nivel de hogares, muchos países de ingresos bajos y medios aún carecen de sistemas adecuados para rastrear el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030, especialmente en el comercio minorista y los servicios alimentarios.

Desperdicio a todo nivel

El desperdicio de alimentos no es solo un problema de los países ricos, ya que los niveles de desperdicio en los hogares apenas difieren entre países de distintos niveles de ingresos. Además, los países más cálidos tienden a desperdiciar más alimentos por habitante, posiblemente debido a un mayor consumo de alimentos frescos con partes no comestibles y la falta de cadenas de frío confiables.

La pérdida y el desperdicio de alimentos representan entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y ocupan aproximadamente un tercio de las tierras agrícolas del mundo, con un costo económico global de alrededor de 1 billón de dólares.

Se espera que las áreas urbanas se beneficien más de los esfuerzos para reducir el desperdicio de alimentos, mientras que las áreas rurales tienden a desperdiciar menos, desviando más restos de comida hacia animales domésticos, ganado y compostaje.

Solo 21 países incluyeron la pérdida y el desperdicio de alimentos en sus planes climáticos nacionales en 2022. La revisión de estos planes en 2025 ofrece una oportunidad crucial para aumentar la ambición climática integrando la cuestión del desperdicio de alimentos.

El PNUMA insta a los países a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030 y destaca la importancia de las alianzas público-privadas para lograr este objetivo. Estas alianzas pueden ayudar a reducir el desperdicio de alimentos desde la producción hasta el consumo final, al tiempo que promueven la innovación y las mejores prácticas para un cambio a largo plazo.

Fuente: UNEP