En el año 2018, un censo del Ministerio del Ambiente identificó a 6.743 ejemplares; sin embargo, autoridades de esta misma cartera de estado han señalado que al año 2023 ya se estimaba que sobrepasaban los 8.000 ejemplares, que ocupan la parte alta de la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo.
La reserva tiene más de 58.000 hectáreas, se extiende por las provincias de Tungurahua, Chimborazo y Bolívar y forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del país.
Las vicuñas fueron introducidas en 1988, gracias a un convenio internacional con Perú y Chile. Un total de 200 ejemplares llegaron desde Perú y se adaptaron rápidamente a las grandes extensiones de páramo de la reserva, pero sobretodo a la parte occidental, conocida como el Arenal.
Las comunidades cercanas a la reserva han solicitado desde hace varios meses la intervención del Ministerio del Ambiente, con el fin de controlar la población de vicuñas, que han comenzado a acercarse a los lugares de cultivo de las comunidades.
Para los expertos, no se puede hablar de una sobrepoblación de vicuñas, ya que los animales fueron introducidos precisamente para la restauración natural de la fauna alrededor del volcán Chimborazo y para formar parte de la zona de amortiguamiento.
El incremento de la frontera agrícola es uno de los inconvenientes que amenazan a la vicuña, así como a la flora y fauna de la reserva. Se requieren compromisos para que los cultivos no avancen más alla de los 3.600 metros sobre el nivel del mar, pero para los comuneros del sector esta delimitación debe ir acompañada de compensaciones o alternativas productivas que les permitan sobrevivir.
El traslado de los animales a otras áreas ha sido descartado, ya que el lugar donde se encuentran es único y no existe un ambiente similar en el que puedan sobrevir, debido a las características especiales de donde habitan. Se ha analizado trasladarlas al Cotopaxi o el Illiniza, pero en estos sectores la flora y fauna son diferentes al hábitat que necesitan las vicuñas.
Con su presencia, las vicuñas no afectan a la reserva, ya que sus patas cuentan con unas almohadillas que le permiten circular por diferentes tipos de suelos sin erosionarlos. Están dotadas de unos incisivos inferiores que crecen continuamente y facilitan su alimentación a base de plantas duras y de poco porte, se alimentan sin dañar las plantas o escarbar en el suelo. Son animales territoriales con costumbres sociales, conviven en manadas y con su traslado aportan en dispersar semillas y rehabilitar el ecosistema
La reserva Chimborazo
El nevado Chimborazo tiene 6.310 metros de altitud y está rodeado por un inmenso arenal con un páramo más bien seco, diferente a la mayoría. La reserva, provee de agua a las tres provincias donde se asienta: Tungurahua, Chimborazo y Bolívar.
En la reserva se encuentran las fuentes que alimentan a los ríos Ambato, Chambo y Chimbo. Las aguas del Chimbo terminan en el gran río Guayas, vínculo que está representado en el Escudo Nacional. La conexión entre el Chimborazo y el río Guayas es símbolo de la unidad entre Costa y Sierra.
La reserva alberga una importante población de vicuñas. Asimismo, hay llamas y alpacas, animales domésticos nativos del Ecuador y que eran utilizados por los antiguos pobladores de los Andes antes de que los españoles introdujeran caballos, ovejas, vacas y burros. Según el Ministerio del Ambiente, la reserva se creó para proteger estos animales y su legado histórico, así como el extraño páramo del que son parte.
Fuentes: Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, El Universo