Día de la Niña en Ecuador.
Las niñas en Ecuador enfrentan desafíos estructurales que limitan el ejercicio pleno de sus derechos. En el marco del Día Internacional de la Niña, conmemorado cada 11 de octubre, un conversatorio realizado en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) puso en evidencia la realidad de miles de niñas que viven entre la violencia, la desigualdad y la falta de oportunidades.
El encuentro fue organizado por World Vision Ecuador, con el apoyo de Nobis Holding de Inversiones y Atrevia Ecuador, y reunió a representantes del sector académico, social y empresarial junto a niñas y adolescentes de comunidades vulnerables de Guayaquil. El objetivo fue abrir un espacio de diálogo sobre los avances y pendientes en la protección de los derechos de la niñez.
Cifras que reflejan una deuda social
El panorama sigue siendo preocupante. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 3 de cada 10 niñas entre 10 y 17 años en Ecuador han sufrido algún tipo de violencia. Además, más de 2.000 niñas menores de 14 años fueron madres en 2023, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud Pública.
En barrios como Monte Sinaí, uno de los más poblados y vulnerables de Guayaquil, se registraron 435 casos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes en el último año. A esto se suman las brechas educativas: más de 37.000 estudiantes asisten a instituciones con limitaciones tecnológicas, falta de infraestructura y condiciones familiares precarias.
“Muchas niñas viven con miedo. Miedo a hablar, a no ser escuchadas o a ser juzgadas. Lo que buscamos es que sepan que tienen derecho a sentirse seguras, a soñar y a ser escuchadas”, expresó Esteban Lasso, director país de World Vision Ecuador.
Día de la Niña en Ecuador: voces que resisten y transforman su entorno
El Día de la Niña en Ecuador también fue un espacio para amplificar las voces de las protagonistas. Carelys (13 años) y Brittany (11 años), integrantes de la Red Jóvenes Soñadores de World Vision, compartieron sus historias de liderazgo comunitario.
“Antes tenía miedo de hablar, ahora me gusta participar y decir lo que pienso. Las niñas podemos cambiar las cosas si nos escuchan”, afirmó Brittany.
A través de los programas de la organización, más de 200 niñas han participado en espacios de liderazgo, lectura y espiritualidad que fortalecen su autoestima, promueven la igualdad y fomentan la participación activa en sus comunidades.
Educación y protección: pilares de un cambio real
Expertos coinciden en que la educación y la protección integral son las herramientas más poderosas para romper los ciclos de pobreza y violencia. En Ecuador, casi el 40% de las adolescentes rurales no culmina la educación secundaria, lo que limita sus oportunidades y perpetúa la desigualdad.
World Vision Ecuador impulsa programas comunitarios orientados a brindar entornos de aprendizaje seguros, acompañamiento psicosocial y mentorías que empoderan a las niñas como agentes de cambio. “El desafío no es solo que las niñas estén en la escuela, sino que se sientan seguras, apoyadas y motivadas a continuar”, enfatizó Lasso.
Compromisos desde el sector privado y la sociedad civil
Durante el encuentro, Isabel Noboa, presidenta ejecutiva de Nobis Holding de Inversiones, firmó un compromiso simbólico para promover la equidad y la protección de las niñas en el país. En su intervención, llamó a sumar esfuerzos entre el sector privado, la academia y la sociedad civil: “El cambio se construye cuando todos asumimos la responsabilidad de garantizar oportunidades para las niñas. Ellas son el presente y el futuro de Ecuador”.
El conversatorio fue moderado por Adrián Durán, country manager de Atrevia Ecuador, quien destacó la importancia de los espacios de diálogo multisectorial para construir una agenda nacional de protección a la niñez.
Desigualdad infantil: un reto que exige acción
A pesar de los esfuerzos institucionales, las cifras reflejan que la desigualdad infantil en Ecuador sigue siendo un desafío urgente. El Día de la Niña en Ecuador dejó claro que garantizar la seguridad, educación y participación de las niñas requiere políticas públicas efectivas, inversión social y compromiso ciudadano sostenido.
Las voces de niñas como Carelys y Brittany recuerdan que detrás de cada número hay una historia que merece ser contada, protegida y escuchada. Su valentía evidencia que el cambio empieza cuando se les reconoce como protagonistas de su propio destino.